10 AÑOS DE CIUDAD EMERGENTE
Construyendo Colectivamente las Ciudades
Por Javier Vergara Petrescu. Co-fundador y Director Ejecutivo Ciudad Emergente.
Porque no todos los días se cumplen 10 años, este momento especial de celebración nos invita también a reflexionar y a mirar Ciudad Emergente en retrospectiva, pensando en cómo abordamos los nuevos desafíos que nos presenta el 2021 para continuar construyendo colectivamente mejores ciudades.
Corría el año 2011 cuando fundamos Ciudad Emergente. Era un mundo sin pandemia, pero que ya comenzaba a encender las alertas de los impactos del cambio climático, atravesado por la crisis económica de las hipotecas subprime y por múltiples turbulencias sociales y políticas. Dimos vida a Ciudad Emergente alentados por la fuerza de los movimientos sociales que se propagaban por distintos rincones del mundo, desde demandas por mayor democracia con la llamada Primavera Árabe en Túnez y Egipto, hasta las marchas estudiantiles en Chile, el movimiento indignados en España y las ocupaciones de Wall Street en Nueva York, que buscaban un cambio de paradigma por mayor equidad.
Internet y la web 2.0 prometían revolucionar nuestros modos de vida y emergían las redes sociales como Instagram y WhatsApp, cuestionando la forma de comunicarnos, hacer negocios, y hasta la manera de diseñar nuestras ciudades y comunidades. Éramos entonces un grupo de arquitectos, urbanistas y profesionales inquietos, con una mirada social, buscando cómo aprovechar nuestro conocimiento y las plataformas disponibles para proponer nuevas formas de hacer ciudad centradas en las personas.
Personalmente, inspirado por la ciudad donde en aquel entonces me encontraba viviendo, Nueva York, fundamos Ciudad Emergente, influenciados por las mejoras que se estaban impulsando en la ciudad en aquel entonces, transformando lo que eran calles pensadas para mover automóviles, por calles pensadas para la gente. La “batalla por la calle” que se inició en Nueva York - como la describiría posteriormente la ex Comisionada de Transportes de esa ciudad, Jannette Sadik-Khan - lograría inspirar a millones de personas en todo el mundo con el poder de cambio de los métodos de urbanismo táctico - incluyendonos a nosotros.
Así, comenzamos a conectar los cabos sueltos que estaban emergiendo: Demandas por un desarrollo más humano, justo e inclusivo; nuevas formas de hacer ciudad como el urbanismo táctico; nuevas tecnologías y metodologías ágiles para refrescar nuestra caja de herramientas de urbanistas. En corto, la combinación de lo social, lo físico y lo tecnológico. Con un marcado acento en pasar de la conversación a la acción e inspirados en las teorías de justicia social de Amartya Sen y Marta Nussbaum, apostamos por una forma de hacer ciudad que pusiera en el centro del desarrollo a las personas y a la expansión de sus capacidades. Desde una mirada netamente individual a una del trabajo colectivo, con un sesgo a implementar soluciones livianas, rápidas y económicas, fundamos Ciudad Emergente buscando entrenar nuevos liderazgos urbanos e inspirar a las personas para pasar de meros espectadores a ser protagonistas y agentes de cambios de largo plazo en la ciudad.
En 10 años, los datos nos ayudan a comprender lo que hemos logrado. Más de 300 proyectos en más de diez países. Más de 3 mil 800 personas directamente capacitadas con nuestras tácticas y herramientas para construir de forma colectiva mejores barrios y ciudades. Más de 1 millón 800 mil personas han experimentado un cambio en sus ciudades, ya sea desde poder volver a caminar de forma segura en lo que antes eran calles solo para vehículos, hasta aumentar la confianza entre las personas cuando conoces a los vecinos de tu calle o edificio compartiendo una comida en un formato de malón - donde cada uno aporta algo. Si hace 10 años el urbanismo táctico era una simple idea sin mayor repercusión en Latinoamérica, hoy vemos como cada vez más Municipios, gobiernos y organizaciones de distintos países han instalado estos métodos para dar respuesta ágil sobretodo en tiempos de crisis. En 10 años se ha logrado mucho, sin embargo, sabemos que esto no es suficiente y se requiere muchísimo más.
Hoy, el mundo del 2021 es distinto al del 2011. La pandemia por Covid-19 ha puesto en jaque a los países y nos ha exigido un cambio drástico en la forma de relacionarnos. Las cuarentenas, la distancia física y las distintas medidas para evitar contagios han transformado nuestras calles y ciudades. El aumento de la pobreza debido a la recesión económica de los países por el Covid-19 ha llevado en 2020 al 37% de la población de Latinoamérica a vivir bajo la línea de la pobreza, llegando a más de 78 millones de personas pobres. Los estallidos sociales en Latinoamérica han desafiado a los gobiernos y los gobernantes, la enorme cantidad de información que fluye por las redes sociales nos sobrepasa nos desafía a buscar certezas y el aumento de la polarización política nos pone por delante grandes desafíos a nuestra sana convivencia, a la protección de nuestros datos y a nuestra capacidad para llegar a acuerdos y soluciones en ámbitos tan claves como el cambio climático o la reducción de desigualdades.
Pero son también tiempos de nuevas oportunidades, donde se abren posibilidades de repensar la recuperación más sostenible y más verde de nuestros barrios y ciudades. Es tiempo de actuar con mayor urgencia. Si nos dimos cuenta que es posible aumentar la confianza entre las personas a través del encuentro, no dejemos de hacerlo. Si demostramos que una ciudad menos congestionada y contaminada es posible con menos automóviles y más ciclovías, construyamos aún más y mejores y apostemos por ciudades más compactas y caminables. Si la inseguridad y la falta de oportunidades en barrios vulnerables se reducen activando y recuperando espacios públicos, participemos y lideremos esos cambios desde donde nos encontremos. No importa si venimos de una empresa privada, un municipio, un gobierno, junta de vecinos, escuela o universidad. Importa querer ser parte de un proceso, romper el hielo y atreverse a participar de los cambios con aquellos que no necesariamente piensan igual que mi. En Ciudad Emergente ya no somos solamente un grupo de profesionales inquietos. Hemos logrado instalar una forma distinta de hacer las cosas y seguiremos buscando nuevas formas de construir de forma colectiva mejores ciudades.